Graffiti de Julio Cortázar.

"Tantas cosas que empiezan y acaso acaban como un juego..."

Cada vez que leo un cuento nuevo de Julio Cortázar me confronta el talento brillante de este escritor Argentino y siempre aprendo algo relevante y nuevo. Esta semana vengo con su cuento Graffiti, es uno de sus cuentos populares, y además, soy una empedernida seguidora del movimiento de arte urbano/graffiti.

Antoni Tàpies
http://www.galleristny.com/2012/02/painter-antoni-tapies-dies-88/

Este cuento de Cortázar se trata de un artista de graffiti, durante unos tiempos turbulentos en su país, el cual no se divulga. Estos tiempo son de gran prohibición, y por consecuente, de reprimir al pueblo, de miedo y de abuso del estado contra el pueblo. Por extensión, el graffiti de cualquier forma no es permitido. Este artista, un día inesperado, se topa con otro artista, el cual el denomina como ella, deduciendo su sexo sólo por la "esencia", el trazo de sus lineas en su dibujos y los colores que utiliza. Siguiendo este encuentro, los dos comienzan una relación ficticia y a la vez real en la que los dos se siguen mediante el arte que plasman al azar por la ciudad.  Este juego que emprenden se convierte en un reto y un afán, en el cual los dos luchan por encontrarse. Pero, sucede que mientras ella le respondía a él con un dibujo los policías la atrapan. El llega tarde a la escena, sólo logrando ver como se la llevan arrestada. De ahí, el artista cae en una melancolía, a la vez sintiéndose culpable y triste por lo que le sucedió a ella. Luego de varios meses sin pintar, el sale a la calle y plasma una imagen sobre la pared de un garage. Esperando después el día entero para ver si habían borrado su graffiti, como siempre hace sin tardía, la policia. Pasado el día, al llegar la noche el se acerca discretamente a su dibujo y ve en una esquina diminuta un dibujo que no es suyo, el cual el toma como respuesta de ella.
De primera impresión este cuento es simple, pero, como suele pasar con los cuentos buenos, hay más escondido detrás de las palabras.
Éste es un grito de esperanza, una búsqueda de sosiego y un reclamo de libre expresión. El protagonista se desahoga, plasmando para la vista de todos, mediante su arte. Salir a pintar tarde en la noche, capaz de ser arrestado, y pintar sobre una pared libre de color e idea es un reto de confrontar el miedo y así domándolo. El reto lo toma el artista como forma de mantener su esperanza viva y para compartir esta esperanza con el pueblo, los cuales también sienten el mismo miedo y la misma melancolía de vivir en un país que acapara la libertad individual. Al indagar sobre la dedicación del cuento, A Antoni Tàpies, descubro que éste fue un artista durante los tiempos de Franco en España. Su arte es clasificado como doblemente modernista y post-modernista, y se interesaba por interpretar aquello que abarcaba la esfera social y publica, la libre expresión y así despertando la consciencia del espectador.  Tàpies vivió en Barcelona y murió hace unos años atrás a los 88 años. Conociendo esta información permite una mejor interpretación del cuento, dedicado a este artista español famoso e iconoclasta. Es un llamado al arte por el amor al arte como medio que debe estar modulado por la libre expresión. La próxima vez que estés vagando por la ciudad y te topes con arte urbano/graffiti, detente y mira bien, puede que te esté diciendo más de lo que percibes a simple vista.

Every time I read a new short story by Julio Cortázar I am astounded at his amazing talent that reveals imperceptible truths. This time it is his story Graffiti, it is one of his popular short stories.
It is about a graffiti artist that resides in an extremely prohibitive city, where freedom of expression is severely punished and where abuse of the police against the citizens abounds. This artist, as a way of rebelling, does graffiti, painting diverse images around the city. One day, he finds there is another artist like him that is following his trail, painting images next to his as a means of communication. This unknown artist he denominates as female by the subtle feminine nuances he perceives in the images. Following this encounter, both strive feverishly to stumble upon the other, a yearning for contact and understanding. Unfortunately, while she was responding with a graffiti to one of his, she is arrested by the police. The protagonist then falls into a melancholic stupor which he spends drinking and avoiding painting. A few months pass and he gathers the courage to go out and graffiti. He does so. That day, he spends his time discretely going back to the painting, wanting to see if it has been erased. Towards nighttime, he goes to check his painting and finds a minuscule drawing on the side of his work, which he interprets as a response from her.
Upon first impression this short story is simple but, like every good story, there is depth behind it's words.
This is a story about the freedom of expression, of art being unencumbered by state or outside influences and of the desire of unity and hope. The artist, in going out and painting, faces the fear that suppresses the masses that surround him, his art is a form of courage.

Les quatres cróniques, 1990. Fotograph: Jordi Bedmar
http://www.fundaciotapies.org/site/spip.php?rubrique865

Digging even further and investigating the dedication of the story, To Antoni Tàpies, I discovered that Tàpies is a spanish artist that lived during the time of Franco, in Spain. He died a few years ago at the age of 88. His art is considered both modernist and post-modernist, that sought to "transform the public's conscience" concerning social and public matters. It was as well, a a bastion for freedom of expression. Knowing this information allows the reader to better interpret Cortázar's "Graffiti", dedicated to this iconoclastic and famous spanish artist. It is an appeal to art for the love of art and as a medium that should be modulated by freedom of expression. The next time you, reader, find yourself confronted with a graffiti/urban art, stop and look well, it might be saying more than is easily perceptible.

Links:
Fundació Tàpies
Graffiti